martes, 31 de marzo de 2009

La música protege las funciones cerebrales

Estudios realizados en diversas universidades demostrarían la influencia que tienen las artes para aumentar la Capacidad de Reserva Cerebral (CRC), que suele verse afectada por las enfermedades cerebrales neurodegenerativas como la esquizofrenia y el Alzheimer.

A mayor CRC más grave debe ser la patología para dañar el funcionamiento del cerebro y poder detectar los síntomas de la enfermedad. La hipótesis con la que se han desarrollado estos estudios sostiene que cuando se trabaja en las artes, el cerebro desarrolla nuevas funciones y las neuronas, nuevas conexiones que se verán protegidas a la hora de una afección neurodegenerativa. Veamos a continuación cómo influye la música en el desarrollo de la CRC.


La música y la CRC:

Técnicas neuroradiológicas demuestran que en músicos los diferentes componentes de la música tienen una capacidad anatómica funcional característica y más bien única, en el sentido - por ejemplo – que los aspectos de la memoria para recordar los aspectos de la música y la memoria para recordar otras características como melodía y el ritmo están siendo efectuadas en el cerebro por diferentes y algunas veces exclusivas vías neurales cerebrales. Estas vías neuronales musicales son diferentes de las otras vías neuronales que usamos para recordar nombres, rostros familiares, para el sentido de orientación y dirección y también para el conocimiento enciclopédico o semántico.

Por otra parte y tan importante como lo anterior es el estudio clínico de compositores y músicos que han sufrido daño cerebral. Estos artistas al desarrollar vías neuronales específicas que están más bien inmunes a los efectos del daño cerebral mientras que otras vías cerebrales que usamos día a día en actividades mundanas, como hablar, leer, escribir, están altamente afectadas.


Maurice Ravel, uno de los músicos influyente del Siglo XX, sufrió una forma de demencia progresiva. Tanto en la enfermedad de Ravel como en muchos casos estudiados en centros neurológicos, esta enfermedad tiende a dañar inicialmente el hemisferio izquierdo, el dominante, dejando menos afectado hasta ya avanzado el proceso el hemisferio cerebral derecho.

Cuando neurólogos y biógrafos iniciaron el estudio de Ravel, ellos determinaron que los síntomas iniciales de la enfermedad fueron detectados en 1927, cuando el compositor tenía 52 años, que es también una de las características del comienzo de esta forma de demencia. Y fue dos años más tarde, en momentos en que la enfermedad había evolucionado más cuando compuso Bolero, tres o cuatro años antes que compusiera sus obras de piano como el Concierto para la Mano Izquierda y el concierto en Sol Mayor.


Hay suficiente evidencia en la literatura neurológica, que indica que al tiempo en que él compuso el Concierto para la Mano Izquierda, es muy posible que su hemisferio derecho no estuviera todavía tan afectado por la enfermedad como su hemisferio izquierdo. En otras palabras, Maurice Ravel habría compuesto el Concierto para La Mano Izquierda preferentemente por la acción del hemisferio no comprometido.


Maurice Ravel a pesar de haber tenido una enorme dificultad con la coordinación de los movimientos finos de sus manos, su incapacidad para leer y escribir y su dificultad para encontrar palabras para poder expresarse, él era capaz de dictar música, de entonar e incluso tocar de oído algunos de sus sones y compases favoritos. Del mismo modo fue capaz de reconocer el ritmo y el tono del trabajo musical que él había compuesto anteriormente, por lo tanto podemos especular que la degeneración cerebral que afecto a este brillante músico, a pesar de haber destruido progresivamente áreas cerebrales, respeto sus funciones musicales auditivas, dejando indemne hasta el final la memoria para distintos aspectos de su música, su sentido de musicalidad y su pensamiento musical.

Publicaciones más o menos recientes en relación a músicos con enfermedad de Alzheimer sugieren similares mecanismos. En casos de pacientes con enfermedad que varían desde leves hasta severos, las capacidades musicales de aquellos pacientes son respetadas por el proceso patológico.

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